lunes, 28 de marzo de 2011
lunes, 7 de marzo de 2011
Que los alimentos sean tu medicina
Hipócrates decía hace más de 3000 años que "los alimentos sean tu medicina y tu medicina sean los alimentos"
Basados en esa premisa, demasiados médicos nos limitamos a recomendarles a nuestros pacientes que "coman sano" sin darles las claves de que es sano o no, y sin saber todavía cuan poderosos pueden ser algunos alimentos en la recuperación y el mantemimiento de la salud... siempre y cuando contengan en su interior todas las bondades que movieron a Hipócrates a formular su famosa máxima.
"Doctora"! me dicen demasiado a menudo mis pacientes, "yo como sano y no entiendo porque no puedo rebajar de peso... o porque me siento mal... o porque tengo problemas con el colon...", e invariablemente al precisar lo que comen, encuentro confusión e ideas equivocadas acerca de los alimentos.
Parte de esa confusión proviene de médicos y nutricionistas con buenas intenciones pero desinformados, o de una mezcla de sabiduría popular y de "investigaciones en internet", de factoides acerca de que hacen los alimentos al mezclarlos entre si, o de adherirse a una "dieta tal o cual..." (factoide es un hecho falso que simula un hecho cierto, inventado para manipular la opinión pública).
Los más afectados son usualmente los diabéticos que vienen a la consulta y no entienden porque haciendo y comiendo todo lo que les dicen los médicos o los nutricionistas, su condición diabética no mejora.
"Yo como sano" incluye el uso de jugos, de cereales en cantidades medidas (arroz, por ejemplo), el horror a las grasas (indistintamente de cuales efectos tienen sobre el organismo), el exagerado peso en la cuenta de las calorías.
Tres puntos en la respuesta que les doy inician el camino hacia la realidad de los alimentos:
1- conoce lo que comes
2- aprende que hacen los alimentos en tu cuerpo
3- no puedes dejar tu salud, actual o futura, en manos de las buenas intenciones.
Estos tres puntos abren de primero lo que quiero compartir contigo a través de este blog.
¿Cómo se conoce lo que uno come? Parte I
El primer abordaje es a través de las etiquetas.
"Uff doctora, póngamela más fácil! Yo no se nada de etiquetas (como no sea que son unos papelitos pegados en los frascos y en las latas y que tienen un montón de nombres raros)".
Hum, reflexiono yo, si es que tienen "papelitos".
Comencemos por el principio, ¿cómo se entiende una etiqueta?
Por un acuerdo internacional, las etiquetas deben empezar enumerando los ingredientes dependiendo de cuánto hay de cada uno de ellos, así que el ingrediente presente en más cantidad es el que debe ir primero. A continuación, el segundo ingrediente, y así hasta el que menos tiene aparece al final.
"je,je, eso será en otros países!" me dicen con mirada incrédula.
Bueno, pues no, aquí también es así. Lo que pasa es que el dichoso papelito no siempre está pegado, o escrito de manera que pueda ser leído. Y no siempre, o mejor dicho, menos veces que más, está la información nutricional.
Puedes ver este tipo de etiquetas sólo con los ingredientes enumerados
O bien como una tabla nutricional bien detallada, que permite tener información más clara a la hora de elegir o de hacer comparaciones
Mañana conversaremos un poco más al respecto.
Mañana conversaremos un poco más al respecto.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)