Me encanta encontrar buenos productos alimentarios cuando
voy al supermercado, pero no abundan (excepto, claro está, los que son sin
procesar, como verduras, frutas, pescado, etc).
A veces, mis pacientes me llaman emocionados porque han hecho un
descubrimiento en una tienda o en el mercado al que van con mayor frecuencia, y
yo les pido que me envíen una foto del producto para revisarlo. Demasiadas veces estas fotos no sobreviven a malas promesas publicitarias.
Me sorprende la
capacidad de engaño que tienen la gran mayoría de las compañías que procesan
alimentos porque alardean de los beneficios de algún componente en particular,
y cuando vamos a los ingredientes o a la parte posterior del envase,
encontramos una realidad diferente a la
anunciada en el frontal de su producto.
Claro, cuentan con la poca información que tienen los
usuarios, de manera tal que cualquier declaración que hagan en ese frontal de
su producto rara vez es puesto en duda.
Fooducate, un estupendo blog sobre alimentos, tiene
excelente información para sus usuarios en los Estados Unidos que puede ser
instalada en cualquier teléfono “inteligente”, ya sea en plataforma Android o
Apple, pero fuera de ese país no contamos con herramientas que nos ayuden. Y en
el mundo de habla hispana, menos. Sin embargo, educa y te da herramientas para
aprender.
Hace unas semanas estaba en una larga hilera del
supermercado esperando pagar por lo que estaba comprando, y me llamó la
atención (una vez más) cómo puede encarecer un alimento el agregar un
ingrediente que suele ser tremendamente económico.
Tomemos el Special K de Kellog’s, por ejemplo. Primero que
todo, no está hecho de maíz. Está elaborado a base de trigo integral. El
segundo ingrediente de su lista de componentes es el afrecho de trigo, y el
tercero…AZUCAR.
Cuando vamos al Corn Flakes, que es el producto original,
vemos que está hecho a base de maíz descascarillado y desgerminado, el segundo
ingrediente es azúcar, y por supuesto, no tiene fibra adicionada. Ambos
productos contienen una segunda fuente de azúcar: malta.
Comparemos, entonces, su composición.
El maíz del Corn Flakes es sólo almidón procesado (el mismo
que se usa para almidonar cuando…¡¡¡ PLANCHAS LA ROPA!!!). Vaya, lo único es
que aquí no estamos planchando.
El Special K está hecho a base de trigo completo, punto a
favor.
Fibra: el Corn Flakes prácticamente no tiene (recuerda que
está descascarillado y desgerminado). El Special K: 4 gramos (soluble e
insoluble). Pero es fibra ADICIONADA
como afrecho.
Azúcar (y malta): el Corn Flakes tiene 2 gramos, punto a
favor. El Special K tiene 5 gramos. Eso es algo que no entiendo, ¿sabe tan mal
en su forma original que tienen que agregarle más del doble de los azúcares en
comparación al Corn Flakes?
El contenido total de carbohidratos es muy similar (básicamente
almidones en ambos casos).
Adicionalmente, en el Special K, el cereal es trigo, un
cereal que afecta a niños y adultos con intolerancia al gluten.
Sin embargo, lo que me molesta realmente es que cobren más del DOBLE por agregarle la
fuente de fibra más barata
que existe en el mercado (afrecho), y obviamente, más azúcares para hacerlo
apetitoso.
No es que el Corn Flakes tenga mucho mejor composición, pero
tiene el mismo añadido de vitaminas y minerales, menos azúcar, y,
comparativamente, es mucho más económico, porque si se trata de agregar fibra,
con sólo adicionar 1 cucharadita de fibra tendremos la misma cantidad que hay
en el Special K pero apenas habremos gastado unos centavos de dólar más.
Te invito a revisar la composición (y el precio) de ambos en
tu país: existen diferencias regionales.