lunes, 25 de junio de 2012

Características del Suplemento Ideal: LOCAVORE


La semana pasada vimos dos características acerca de los suplementos que debemos elegir: que sean naturales y orgánicos. ¿Qué más tener en cuenta? ¿Qué marcas son mejores?
Antes de ir a las marcas, veamos unos puntos muy importantes.

Empecemos con un nuevo vocablo y su razón: LOCAVORE. Aunque parece latín, en realidad se refiere a una persona cuya dieta consiste principalmente de alimentos cultivados localmente. Inicialmente fue un movimiento que se generó para crear una mayor conexión con las fuentes de alimentos, resistirse a los alimentos industrializados y procesados, y dar apoyo a la economía local. 
http://www.locavores.com/
Este movimiento nació en San Francisco, California, en el 2005. Locavore es un vocablo que podría ser traducido al español como “locavoro”, de mezclar “local” con “voro”, como se hace en “carnívoro” o en "herbívoro"Es esa suerte de vocablo moderno que nace de un grupo  local y que unos años después termina en el diccionario, por la fuerza misma que ejerce su uso continuo y universal (más o menos).

Cuando se usan alimentos orgánicos locales mejora dramáticamente el contenido de micronutrientes. Tomemos como ejemplo una ensalada “fresca” de espinaca: si no es local, probablemente viajó cientos de kilómetros hasta la tienda donde las compramos; y allí, quizás ha estado varios días en el refrigerador; nosotros, con frecuencia, no las comemos de inmediato (¡más refrigerador!). ¿Cuánto de los micronutrientes originales restan en esta ensalada “fresca” de espinacas? No hay que ser un matemático especializado para deducir que quedan mucho menos de los habían cuando se cosecharon.

Los Calton, en su libro NAKED CALORIES, establecen que LA PÉRDIDA DE MICRONUTRIENTES ES PROPORCIONAL A LA DISTANCIA QUE VIAJAN LOS ALIMENTOS.

Por lo tanto, si esperamos encontrar en un suplemento natural y orgánico los micronutrientes que pudieran ofrecer, un elemento en la selección debe ser si provienen o no de alimentos cultivados y cosechados localmente antes de ser procesados como fuente de un suplemento.

Cientos de compañías se jactan de usar micronutrientes adecuados, pero pocas viven su promesa de tomarlos de una fuente natural y orgánica. Y sólo UNA lo hace de alimentos cultivados y cosechados LOCALMENTE, no comprando la materia prima a terceros. A riesgo de que este artículo parezca una publicidad para esa compañía, no puedo darle la espalda a la realidad de suplementarnos con lo mejor. De hacerlo, estaría infringiendo una ley implícita en mi profesión como médico.

Hace 10 años tuve la oportunidad de viajar a Lakeview, California y ver por primera vez los terrenos que usa esta compañía. La sorpresa no es que fueran terrenos orgánicos. Provengo de una familia que, en Portugal, usa sus propias cosechas para proveer la mesa a diario, y que se niegan totalmente a usar algo más que el compost como fertilizante en sus tierras. La sorpresa provenía de que esta compañía cultiva y cosecha en sus propios terrenos orgánicos cada alimento del cual obtienen los micronutrientes que se usan en sus suplementos, y que una vez cosechados, se deshidratan casi de inmediato para iniciar el proceso que finalmente los llevará al producto final. Así sellan todos y cada uno de estos micronutrientes y los aprovechan con una pérdida mínima de su contenido. 


Mis ojos de científico no podían dar crédito al nivel riguroso de producción, a los cientos de procesos de alta calidad a los que eran sometidos los suplementos y que sólo se usan en las industrias farmacéuticas más estrictas. Pero por encima de todo, estaba el hecho del origen: terrenos propios, ricamente fertilizados por compost orgánico; semillas elegidas previo estudio de la riqueza de la potencialidad de sus componentes; rotación de los cultivos para mantener el manto milenario de minerales; control de plaga sin químicos industriales; aguas limpias y cristalinas en el riego.


En la imagen podemos ver en los tubos la misma secuencia que se sigue durante la procesamiento de la materia prima que se usa para la producción de los suplementos: el primero muestra las semillas de alfalfa antes de ser sembradas; el segundo, tiene la alfalfa ya cosechada y deshidratada; el tercero, las hojas de alfalfa finamente molidas; el cuarto, el concentrado líquido de esa alfalfa finamente molida, que se lleva a un proceso de extracción y separación muy similar al de la destilación en alambiques; el quinto tubo muestra el concentrado en polvo, y el sexto, el suplemento final en forma de tabletas.



Este proceso, concebido en los años 30 para producir NUTRILITOS (partículas con alto contenido de micronutrientes), dio lugar al nacimiento de una compañía que se llamó NUTRILITE, actualmente con más de 78 años de experiencia orgánica y concentración de micronutrientes, y con la capacidad de ofrecer el mejor producto proveniente de una agricultura local apoyada en lo mejor de la ciencia y de la naturaleza.

Un proceso concebido por un hombre que había sobrevivido a un campo de concentración en China a principios del siglo XX, y que regresó a Estados Unidos con el sueño de aplicar los principios que lo habían mantenido vivo durante su cautiverio.

Quiero compartir más con ustedes de esta historia extraordinaria, pero hoy sobreabundaría. Así que, como en las películas, concluyo este artículo con la invitación:

…continuará.

domingo, 17 de junio de 2012

Cómo Elegir Suplementos


Continuando en la tónica de estas 2 últimas semanas, veamos ahora cuáles suplementos usar.

Empecemos con el origen del suplemento a elegir. No con el tipo. Y la razón es muy importante: antes de discutir cuál suplemento aporta cuál nutriente, te invito a escogerlos tomando primero en cuenta su origen.

Esto significa determinar 2 aspectos fundamentales: de dónde provienen y qué ventajas ofrecen de acuerdo a su procedencia. Para mí es claro ahora, pero no lo fue durante casi todo el ejercicio de mi vida profesional.

En medicina nos educan básicamente en cuanto a qué hace un nutriente en particular. La adecuacidad de la procedencia nunca estuvo en el tapete. Y déjame comentarte que para nada es lo mismo un suplemento SINTÉTICO que uno NATURAL. Así como no es lo mismo un nutriente AISLADO que uno que forma parte de los alimentos, ya vengan de los vegetales o del reino animal.

El SINTÉTICO puede ser QUÍMICAMENTE igual en su estructura al que nuestro cuerpo necesita pero no implica que puede ser absorbido o utilizado por las células de nuestro cuerpo. ¿La razón? Estamos diseñados para aprovechar lo que viene dentro de nuestros alimentos.

¿Quiere decir que TODOS los nutrientes sintéticos son inadecuados? Todo depende de su BIODISPONIBILIDAD (o capacidad de ser absorbidos y llevados a una forma que nuestras células “entiendan”). Usualmente los NATURALES nos son más “familiares” pues provienen de fuentes a las que nuestro cuerpo ya viene acostumbrado por millones de años.


Eso nos lleva a nuestro segundo punto: un nutriente AISLADO está en franca desventaja al momento de hacerse BIODISPONIBLE; su interacción con otros nutrientes presentes dentro de un mismo alimento generalmente lo hace ser más BIODISPONIBLE. Cuando proviene de un alimento y forma parte de un conjunto de nutrientes que están presentes allí presentes, hay superioridad en la absorción y la utilización inmediata de ese nutriente. 
Esta acción favorecedora del conjunto se conoce como SINERGIA: unos se potencian a otros, y el resultado final es mayor que la suma de las partes. Suena como una propiedad matemática, pero es simplemente una propiedad de la naturaleza.

Muy bien, entonces natural y preferiblemente dentro de un alimento. Pero ya vimos que los alimentos ya no tienen lo que solían tener, y están, muchos de ellos, muy contaminados. Puedes decir, “no entiendo” o “es contradictorio”. Y ciertamente no te falta razón.

Por lo que agrego: deben ser ORGÁNICOS. No tiene sentido que sean NATURALES, que vayan en CONJUNTO con otros nutrientes dentro de un alimento, pero estén llenos de pesticidas o contaminantes químicos.

¿Qué quiere decir, exactamente, ORGÁNICOS?
Una cosecha orgánica debe provenir de suelos SIN pesticidas y fertilizantes sintéticos ni semillas genéticamente modificadas.
El ganado “orgánico” debe tener acceso regular a pastos, no ser alimentados con productos genéticamente modificados, ni haber recibido hormonas o antibióticos.
Los alimentos no deben ser procesados usando irradiación, aditivos químicos o solventes orgánicos.

Plowing Farmer, Wikimedia Commons

Aunque suena a término moderno, ORGÁNICO, en cuanto a su significado, es una palabra tan antigua como la agricultura: tiene, al menos 10.000 años. No es de sorprender, entonces, que a nuestro cuerpo le sea extraño lo que no es orgánico.

The Organic Center publicó recientemente (2008) una revisión de 97 estudios científicos que comparaban la superioridad nutricional (61% mayor) de los alimentos orgánicos con sus pares de suelos no orgánicos y la mayor presencia de antioxidantes (75% más).
En otro estudio publicado en el 2008, al comparar cierto tipo de mandarinas cultivadas dentro de una misma granja pero en dos suelos diferentes, uno convencional y el otro orgánico, se encontró que había poca diferencia en cuanto a vitamina C o el tamaño de la fruta (la orgánica era algo más pequeña), pero al comparar el jugo producido por los dos tipos de mandarinas, la orgánica daba un jugo con color intenso, contenían 8 minerales en mayor cantidad (3 de ellos en más del 50%), y tenían 40% más beta caroteno (de ahí la intensidad del color).

A pesar de la gran cantidad de estudios publicados, lamentablemente muchos científicos, médicos incluidos, sólo le reconocen el mérito a los productos orgánicos en cuanto a estar libres de tóxicos, y son escépticos en cuanto a su superioridad nutricional.

¿Mi recomendación? Suplementos naturales, que provengan de alimentos orgánicos deshidratados y concentrados, de manera tal  que mantengan todos sus nutrientes y antioxidantes para aprovechar la sinergia entre ellos y hacerlos más biodisponibles y efectivos.
Más la próxima semana.



lunes, 11 de junio de 2012

Micronutrientes: Cómo Funcionan


En el artículo de la semana pasada se me olvidó incluir dentro de los micronutrientes a los ácidos grasos esenciales y los micronutrientes accesorios, como la coenzima Q10 y los fitonutrientes o antioxidantes presentes en las plantas (de “phitos”, plantas en griego). ¡Menudo olvido!
Así que hoy pretendo ampliar un poco ese artículo.

Recordemos entonces que los macronutrientes se caracterizan por estar presentes en grandes cantidades dentro de los alimentos (son las proteínas, grasas y carbohidratos). Los micronutrientes, en cambio, están en pequeñas cantidades,  y por eso se les califica de “micro”. Algunos, como el calcio, el magnesio, el cloro, también pueden ser llamados "macrominerales", porque los requerimientos diarios se miden en cientos o miles de miligramos diarios, mientras que los minerales "traza" u "oligoelementos" se requieren en cantidades muy pequeñas, usualmente medidas en microgramos (a excepción, quizás, del zinc -15mg diarios- y el cobre -2mg-).

Los micronutrientes pueden ser clasificados en esenciales y no esenciales. Los esenciales sólo pueden ser obtenidos de la alimentación y los no esenciales son los que producimos, o debiéramos producir, en condiciones ideales. Esenciales o no, son ABSOLUTAMENTE  NECESARIOS PARA EL BUEN FUNCIONAMIENTO DEL ORGANISMO, por lo que si no podemos producirlos, por la razón que fuere, tenemos que tomarlos de los alimentos.

Los micronutrientes intervienen en la producción y trabajo adecuado de hormonas, enzimas y otras sustancias vitales para el crecimiento y desarrollo de nuestro cuerpo. Algunos, como la vitamina K, la coenzima Q10, la vitamina A, pueden ser producidos dentro de nuestros órganos; otros, como los ácidos grasos omega 3 y 6, los minerales y los fitonutrientes, sólo se encuentran en lo que comemos.

Los Calton usan una estupenda analogía en su libro NAKED CALORIES, para explicar que hace cada tipo de micronutrientes: las vitaminas son como los “toderos” (“utilities” en inglés, aquellas personas que pueden hacer un poco de todo); los ácidos grasos son contratistas altamente especializados; los micronutrientes accesorios son asistentes de construcción; los antioxidantes, son los que reparan; los minerales, son los arquitectos y capataces a cargo de la obra (nuestro cuerpo); y finalmente, los bloques usados en la construcción no son otros que las proteínas, grasas y carbohidratos. Aquí los Calton adjudican a los minerales un rol protagónico, y no les falta razón pues los minerales son indispensables para que cada uno de los otros micronutrientes puedan cumplir su misión.

1992 Earth Summit, Rio de Janeiro
Los minerales, lamentablemente, han ido declinando progresivamente en los suelos. Para 1992 se presentó un reporte estadístico en el Earth Summit de las Naciones Unidas que se llevó a cabo en Río de Janeiro, y las cifras de pérdida de minerales en los suelos fueron brutales. 
La región con menos depleción de los suelos fue Australia y la de mayor, América del Norte, principalmente Estados Unidos. ¿Causas? Uso masivo de fertilizantes químicos, erosión de los suelos porque no se rotan los cultivos, producción basada en cantidad y tamaño de la cosecha en vez de calidad nutricional.

Parte de la confusión que se ha generado durante decenas de años acerca de si necesitamos o no suplementarnos, proviene de información contradictoria generada por nutricionistas y agencias gubernamentales. Se utilizan tablas con requerimientos mínimos de micronutrientes que están desactualizadas, a pesar de las observaciones de científicos de la talla del Dr. Walter Willet, decano de nutrición en Harvard, y el Dr. Linus Pauling, doblemente premio nóbel, que defienden que nuestros alimentos no son suficientes.


La prestigiosa publicación Scientific American, en el segmento dedicado a Earth Talk, sostiene que la solución para una cosecha saludable (y, subsecuentemente, alimentos más nutritivos) yace en  cambiar las condiciones actuales de los suelos (Scientific American, April 27, 2011).

Mientras eso ocurre, además de alimentarnos de la manera más “natural y balanceada” posible, yo sugiero incluir suplementos de vitaminas y minerales a diario. Las políticas agrarias bien pueden cambiar para las generaciones futuras, pero si las generaciones presentes se siguen enfermando al ritmo actual, puede ser que no haya muchas “generaciones futuras”.

Como siempre, te invito a dejar tus comentarios.

lunes, 4 de junio de 2012

Malnutrición: un mal de la obesidad moderna


Frecuentemente cuando la gente la palabra MALNUTRICIÓN, piensan en niños desnutridos y pobreza. Sin embargo, malnutrición no se refiere a la carencia de comida, delgadez extrema, raquitismo o miseria, aún cuando todo esto puede estar presente. 
Malnutrición es un término médico (o nutricional) que describe una condición que resulta de tener una alimentación desbalanceada, en la que se carecen de ciertos nutrientes mientras otros están en exceso o en proporciones inadecuadas. Podemos tener a alguien obeso que está, sin embargo, malnutrido, y aunque para muchas personas esto es contradictorio, es la realidad de nuestro mundo moderno.

Al principio, al menos mientras estudiaba medicina, la malnutrición se correlacionada exclusivamente con la llamada malnutrición calórico-proteica (suena como jeroglífico, ya sé); se trataba de esos niños, y a veces adultos, que estaban muy gordos y muy enfermos a la vez, y que conocíamos coloquialmente como los niños “farináceos”, porque su alimentación constaba básicamente de harinas baratas y muy poca proteína. Así sigue siendo en muchos sitios del planeta.

3 cereales diferentes, enriquecidos
Pero nuestro mundo moderno lleno de alimentos procesados, baratos y masivos, nos ha llevado a una condición muy parecida: aunque comemos proteínas, además de harinas y grasas, estos alimentos carecen de vitaminas y otros micronutrientes porque en su procesamiento se les despojó de ellos. Esa es la característica #1 del procesamiento. Por eso vemos en los empaques de alimentos la palabra “enriquecidos” o “fortificados”. ¿Por qué tendríamos que enriquecer algo sino estuviera empobrecido en primer término?

Muchos desconocen que son los micronutrientes. Hablamos corrientemente de proteínas, carbohidratos, grasas; esos son los “macronutrientes”, llamados así por su tamaño y peso dentro de nuestras comidas. Las vitaminas y minerales, en cambio, están sólo en pequeñas cantidades, de ahí la palabra “micro”. Y a pesar de que la mayoría sabe o ha escuchado hablar de vitaminas y minerales como el calcio o el hierro, hay algunos que están en cantidades tan pequeñas que son calificados de “minerales traza“ u “oligoelementos” (“oligo” quiere decir escaso, poco).

En NAKED CALORIES, un excelente libro escrito por el Dr. Jayson Calton y su esposa, Mira Calton, nutricionista colegiada, se usa el término “NAKED” (desnudo) porque se le despoja al alimento de sus micronutrientes para dejar solamente el factor energético o calorías Llegó a mis manos después de leer los comentarios que recientemente publicara Fooducate.

En términos botánicos, la deficiencia de micronutrientes se refiere a una carencia de este tipo de minerales en las plantas porque están “ausentes” del suelo donde crecen. Y tiene todo el sentido: ¿de dónde podrían tomarlo las plantas si no están en la tierra?
La carencia ocasionada por el uso de fertilizantes químicos (que contienen principalmente sólo 3 minerales, en vez de los casi 50 que son necesarios), y el hecho de que comúnmente no disponemos de una agricultura orgánica, han ocasionado que lo que comemos no tenga lo que necesita nuestro organismo para funcionar correctamente, y por eso ocurren muchas de las enfermedades crónicas que hoy nos aquejan porque te alimentas pero ¡NO TE NUTRES!

Puedes decir que el “enriquecer” los alimentos cubre estas deficiencias, más no es cierto. A los alimentos se les agrega calcio, hierro, algunas vitaminas, pero se dejan fuera otros micronutrientes. Y los que se agregan, no están en la cantidad adecuada. Para no hablar de que llegan a nuestra mesa días o semanas después de cosechados y, demasiadas veces, transformados por procesos industriales.

Así que cuando mis pacientes me preguntan si les hacen falta vitaminas y minerales, a pesar de comer “bien”, mi respuesta es un rotundo ¡SÍ!
No se puede comer bien a menos que tus alimentos provengan de tierras orgánicas, estén recientemente cosechados, no hayan sufrido procesos industriales que destruyan estos micronutrientes y se cocinen de la manera apropiada.
Ya sé, puedes casi gritarme que eso es imposible. Por eso hay que suplementar lo que nos falta.
Más en el próximo artículo.


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