El Dr. Holick afirma en su libro THE VITAMIN D SOLUTION, que la exposición al sol ha sido
injustamente criminalizada, especialmente por la comunidad de dermatólogos.
En el capítulo sobre Exposición Solar, nos dice que uno de los papeles más
importantes de la epidermis, especialmente cuando es blanca, es adaptarse
rápidamente para proteger las células de la piel de la radiación solar.
El mecanismo
de defensa que usa la piel es un proceso ingenioso al que llamamos BRONCEADO: en
respuesta al sol, los melanocitos, unas células que se encuentran en la capa
más superficial de la piel, producen un pigmento llamado MELANINA, que la
oscurece; la melanina actúa como una “sombrilla” que, al absorber la radiación
UV, protege el delicado ADN y las proteínas de las células de la piel. El
bronceado progresivo es un proceso que siempre protegió la piel de nuestros
ancestros mientras trabajaban a la intemperie.
Las personas de piel
oscura NO tienen más melanocitos que las de piel más clara, pero sus
melanocitos son notablemente más activos, por lo que su piel está siempre más pigmentada.
Esto explica porque tienen menos riesgo de cáncer de piel, ya
que su melanina las está protegiendo continuamente del daño producido por la radiación UVA y UVB. Las
personas muy blancas y pecosas y las pelirrojas, tienen una escasa producción
de melanina, por lo que son mucho más susceptibles a la exposición solar.
Las quemaduras solares son otra historia. La piel se pone
muy roja y puede incluso ampollarse y pelarse. El enrojecimiento de la piel
obedece a la inflamación y daño de las células dérmicas. Pelarse es un proceso
de defensa y renovación en el que la piel se deshace de las células dañadas por
acción de los rayos solares excesivos.
Foto: severe sunburn and blisters. Autor: Axelv. WikimediaCommons |
Existen varios tipos de cáncer de piel, pero podemos
agruparlos básicamente en dos “bandos”: los que se producen por alteración de las
células productoras de melanina (melanocitos), y todos los demás. Es importante hacer esta distinción, porque justamente los melanomas son los que más controversia han generado con respecto a la exposición solar.
¿Qué es un MELANOMA?
Es el cáncer que se origina en los melanocitos. Es un tipo
de cáncer de piel poco frecuente pero muy agresivo, que se difunde rápidamente
a través de los vasos sanguíneos y linfáticos de la piel, ocasionando
metástasis en huesos, cerebro, pulmones y cerebro, principalmente, y que no pocas veces causa la muerte. Aunque las
quemaduras solares pueden ser una de las causas, ocurren más frecuentemente en
gente o zonas de piel con poca exposición solar. Los factores de riesgo
incluyen herencia, lunares en exceso o alterados, defensas disminuidas,
defectos en la reparación del ADN.
Melanoma, Public Domain, WikimediaCommons |
Los otros tipos de cáncer de piel son notablemente menos
agresivos, superficiales y, en general, de fácil control.
Mitos
Toda
exposición solar es dañina: aunque la exposición crónica al
sol sí puede llegar a causar lesiones cancerosas en la piel, este tipo de cáncer es diferente al
melanoma. Suelen ser lesiones muy tratables, y cuando sopesamos la posibilidad de que se produzcan como reacción al exceso de exposición al sol, es importante destacar que es por el exceso de exposición, y que aún así, siempre es menos riesgoso que la contrapartida que significa huir de la exposición solar, y por lo tanto no producir suficiente vitamina D y terminar, en el caso de las mujeres, con un cáncer de mama. Los estudios más recientes apuntan a que a menor nivel de vitamina D, mayor es la incidencia y agresividad de las lesiones malignas de mama.
La exposición
solar es la principal causa del melanoma: si eso es
cierto, ¿por qué la mayoría de los melanomas aparecen en zonas de poca o ninguna
exposición solar, o en habitantes de regiones NO ecuatoriales? Adicionalmente, son las quemaduras por exceso de
exposición las que tienen relación con la aparición de algunos melanomas.
Estamos en el
medio de una epidemia de cáncer de piel: la razón, en
realidad, son las quemaduras por exceso de exposición al sol. Mucho está de moda el bronceado extremo y rápido, sobre todo en los adolescentes y mujeres jóvenes. Las lesiones por radiación UVA y UVB son acumulativas, y no es hasta muchos años después que este exceso de exposición al sol se manifiesta en forma de envejecimiento prematuro de la piel, manchas y lesiones malignas.
No hay tal
cosa como un “bronceado seguro”: el bronceado de la piel la
protege contra las quemaduras de sol, que sí guardan relación con el cáncer de
piel y algunos melanomas. Un bronceado secundario a una exposición regular y
moderada tiene efectos protectores, además de intervenir en la producción de
vitamina D.
Broncearse es
como el “fumar” para la piel: broncearse es un proceso natural
y milenario; fumar no, por eso el cuerpo lo rechaza y enferma.
Es posible que este artículo genere controversia, principalmente en dermatólogos y cosmetólogos. Sin embargo, quiero hacer mención de que el Dr. Holick es un científico e investigador muy respetado y con muchos años de experiencia. Quiero invitarlos a que lean su libro si tienen dudas o quieren más información.
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