lunes, 21 de noviembre de 2011

ABC de las curvas de glicemias


En el año 2004, después de leer el ebook de Derek Paice “Diabetes & Diet”, al que llegué a través de la página de David Mendosa, entendí que la información recogida a través de una glicemia en ayunas y la postprandial no era para nada suficiente a la hora de hacer el diagnóstico de diabetes.
Inicialmente, yo hacía las glicemias (ver La era de la información y Resistencia a la insulina: una introduccióna los 30, 60, 120 y 180 minutos, pero pronto entendí que me estaba dejando fuera información valiosa, así que hice cambios. Primero inauguré una consulta donde me dedicaba a hacer curvas de glicemia y les explicaba por horas interminables a mis pacientes la relación entre los alimentos y sus glicemias. Luego, empezamos a hacer jornadas de despistaje de diabetes en diferentes ciudades de Venezuela. Construimos un equipo llamado Programa VidaSana y recolectamos cientos de curvas.

Analizando esas curvas constaté que había valores que se repetían y que tenían eco en la salud del paciente. De ahí, y de artículos científicos e investigación en la web, finalmente llegué a establecer una plantilla de rangos de valores y morfología en las curvas que me permitió, no sólo hacer diagnóstico precoz, sino también duplicarme en facilitadores que hacían las jornadas a distancia y detectaban anormalidades.

También aprendí la importancia de presentar los resultados de manera visual. En esta imagen puedes ver como apela a tu sentido de vista y comprensión ver representada una serie de números (parte inferior) en un gráfico (curvas azules).


Las personas que entrenábamos en los talleres del Programa VidaSana aprendieron a identificar las morfologías y a usar la clasificación por números; a nivel médico se pedían otros indicadores de laboratorio, y eso nos permitía detectar anormalidades que identificaban el nivel de riesgo de diabetes de manera más fácil.

Criterios diagnósticos del Programa Vida Sana
Basados en nuestras curvas y por referencias bibliográficas y/o científicas, establecimos criterios numéricos:


Estas pautas son muy parecidas a las de la curva de tolerancia glucosada establecida por la ADA (ver Resistencia a la insulina, diabetes y el Dr. Kraft), pero en nuestras jornadas hacíamos las curvas con un desayuno rico en carbohidratos en vez de jarabe de glucosa, y usando un glucómetro capilar. 

También puedes ver que hay dos criterios nuevos: diferencial y retardo en normalizar.

Diferencial lo aplicábamos de acuerdo a lo que la palabra dice: la diferencia entre la glicemia más baja y la más alta en cualquier momento de la curva. Así obtuvimos 2 sub-criterios de "diagnóstico": curvas amortiguadas (menos de 30mg de glicemia de diferencia) y curvas que sugerían resistencia a la insulina (más de 50mg de glicemia de diferencia).

Retardo en normalizar aplicaba cuando la glicemia a las 2 horas era mayor a 110mg pero menor a 140mg.

Al utilizar estas pautas y analizar los resultados, nos encontramos con un elevado porcentaje de "anormalidad": alrededor del 80% de las curvas analizadas.

Estábamos (y lo seguimos estando)...¡ATÓNITOS! Y en cierta medida yo me sentía tan abrumada por los resultados, que a veces dudaba de la rigurosidad de las cifras.

Hasta que llegó a mis manos el libro del Dr. Joseph Kraft

Ahora sé que mi rigurosidad tiene respaldo científico. Exhaustivo. Claro. Inequívoco. Y tan extraordinario que es inimaginable y, sin embargo, abrumadoramente real y difícil de negar.

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