lunes, 13 de agosto de 2012

Deficiencia de Vitamina D: mitos y verdades


Las estimaciones de la deficiencia global de vitamina D están en el orden del 50%, lo que la convierte, como ya lo mencioné en mi artículo de la semana pasada, en una epidemia de proporciones monumentales. Esta deficiencia no respeta edades, sexo, estrato social ni localización geográfica.

Para mi espanto, esta semana vi dos pacientes en mi consulta con valores tan bajos, que si fueran niños podrían catalogarles como pacientes en alto riesgo de raquitismo. Ninguno de estos pacientes califica como del “tercer mundo”. Me siento abrumada por la gravedad de lo que enfrentamos, y por la indiferencia de mis colegas quienes aún hoy descartan las evidencias de que es una deficiencia real y fácil de tratar.

Esto es particularmente abrumador cuando se trata de niños. ScienceDaily publicó en Agosto del 2009, los resultados de un estudio hecho en 6.000 niños por investigadores del Albert Einstein College of Medicine of Yeshiva University, en el que se pudo evidenciar que 7 de cada 10 niños en los Estados Unidos tienen bajos niveles de vitamina D, lo que sugiere que millones de niños deficientes en Vitamina D estarían en riesgo de padecer de hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular y enfermedades óseas.

http://www.sciencedaily.com/releases/2009/08/090803083633.htm
El Dr. John Cannell, de Vitamin D Council, refiere en una de las cartas de su estupendo blog, como ha sido contactado por padres inocentes acusados de maltrato infantil. Los padres alegaban no haber maltratado a los niños, y que la aparición de fracturas obedecía a otras causas. El Dr. Cannell canalizó a través de expertos radiólogos la defensa de estos padres para que pudieran demostrar que las fracturas se produjeron de manera espontánea por RAQUITISMO NO DIAGNOSTICADO
En algunos de estos casos de acusaciones injustas había bebés de apenas días de nacidos y con múltiples fracturas. 
Te invito a visitar RICKETS AN EPIDEMIC en Facebook, una organización sin fines de lucro que buscar ayudar a las familias a entender y protegerse de esta epidemia de Raquitismo que ha sido diagnosticada erróneamente como maltrato infantil.


http://www.facebook.com/RICKETSANEPIDEMIC

Quizás una de las razones de esta forma de pensar que tienen mis colegas se basa en los valores del nivel de vitamina D catalogado como “normal”, y que, en realidad, corresponden a niveles de insuficiencia o deficiencia.
Si nos dejamos llevar únicamente por los parámetros que nos indican en el laboratorio, somos llevados a error. Puedo apreciarlo cada vez que en el reporte de laboratorio colocan como rango suficiente valores que numerosos estudios califican no sólo como insuficientes, sino de alto riesgo para desarrollar cáncer.

Los valores estándar en sangre se miden en ng/ml, siendo menos de 20ng/ml un nivel considerado como  “deficiencia”, de 20 a 29 son “insuficientes”, y los que están por encima de 30, como “suficientes” u “óptimos”. Sin embargo, un estudio sobre la perspectiva global para la prevención de cáncer basado en la incidencia de esta enfermedad versus los niveles en sangre de vitamina D, puso en evidencia que el simple hecho de llevar la vitamina D a niveles entre 40 y 60 ng/ml podría prevenir la aparición de 58.000 nuevos casos de cáncer de mama y 49.000 nuevos casos de cáncer de colon y recto (Vitamin D for Cancer Prevention: Global Perspective, Garland CF, Gorham ED, Mohr SB, Ann Epidemiol 2009 Jul; 19(7):468-83).

En Mayo de este año tuve la oportunidad de asistir al XX Congreso Anual de Medicina Regenerativa y Anti-Envejecimiento en Estados Unidos, y diferentes conferencistas presentaron estudios que sitúan estas cifras óptimas alrededor de 70ng/ml.

Otros estudios destacan un aspecto muy importante que pocos médicos toman en cuenta, y que expone aún más la desinformación de mis colegas: los bajos niveles de vitamina D de personas aparentemente sanas (Clin Biochem, 2010); la asociación significativa entre la deficiencia de Vitamina D en la etapa neonatal y la esquizofrenia (Schizophr Bull, 2010); la prevalencia de la deficiencia de vitamina D en adolescentes sanos (Arch Pediatr Adolesc Med, 2004); hipovitaminosis D en niños y adolescentes obesos (Metabolism, 2008); la importancia de la vitamina D en la prevención de cáncer, diabetes tipo 1, enfermedad cardiovascular, y osteoporosis (Am J Clin Nutr, 2004); prevalencia de la insuficiencia de vitamina D en adolescentes brasileños (Ann Nutr Metab, 2009); el efecto de la vitamina D y los corticoesteroides en niños con asma (Am J of Resp and Crit Care Med, 2012); y una lista casi interminable de otros estudios, que no cito por motivos de espacio.

Amigos lectores: no sé si tu médico te ha pedido alguna vez que te hagas una determinación de vitamina D en sangre, pero comparto contigo estas sugerencias:


  • No  compres que por vivir en un país “tropical” no necesitas tomar vitamina D (ni medirla).
  • No aceptes de tu médico o cuidador de salud el mito de que la vitamina D es tóxica (los casos de toxicidad reportados en la literatura implican tomas DIARIAS de 40.000 UI o más, con niveles en sangre –de toxicidad- por encima de 200ng/ml).
  • Si tienes piel de tez morena, trabajas bajo techo, usas bloqueadores, no te suplementas, es casi seguro que tengas niveles muy bajos de vitamina D.
  • Tener alguna condición crónica de salud es razón, como mínimo, para hacerte el examen.
  • Aplica esto a todos los miembros de tu familia.

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