domingo, 17 de junio de 2012

Cómo Elegir Suplementos


Continuando en la tónica de estas 2 últimas semanas, veamos ahora cuáles suplementos usar.

Empecemos con el origen del suplemento a elegir. No con el tipo. Y la razón es muy importante: antes de discutir cuál suplemento aporta cuál nutriente, te invito a escogerlos tomando primero en cuenta su origen.

Esto significa determinar 2 aspectos fundamentales: de dónde provienen y qué ventajas ofrecen de acuerdo a su procedencia. Para mí es claro ahora, pero no lo fue durante casi todo el ejercicio de mi vida profesional.

En medicina nos educan básicamente en cuanto a qué hace un nutriente en particular. La adecuacidad de la procedencia nunca estuvo en el tapete. Y déjame comentarte que para nada es lo mismo un suplemento SINTÉTICO que uno NATURAL. Así como no es lo mismo un nutriente AISLADO que uno que forma parte de los alimentos, ya vengan de los vegetales o del reino animal.

El SINTÉTICO puede ser QUÍMICAMENTE igual en su estructura al que nuestro cuerpo necesita pero no implica que puede ser absorbido o utilizado por las células de nuestro cuerpo. ¿La razón? Estamos diseñados para aprovechar lo que viene dentro de nuestros alimentos.

¿Quiere decir que TODOS los nutrientes sintéticos son inadecuados? Todo depende de su BIODISPONIBILIDAD (o capacidad de ser absorbidos y llevados a una forma que nuestras células “entiendan”). Usualmente los NATURALES nos son más “familiares” pues provienen de fuentes a las que nuestro cuerpo ya viene acostumbrado por millones de años.


Eso nos lleva a nuestro segundo punto: un nutriente AISLADO está en franca desventaja al momento de hacerse BIODISPONIBLE; su interacción con otros nutrientes presentes dentro de un mismo alimento generalmente lo hace ser más BIODISPONIBLE. Cuando proviene de un alimento y forma parte de un conjunto de nutrientes que están presentes allí presentes, hay superioridad en la absorción y la utilización inmediata de ese nutriente. 
Esta acción favorecedora del conjunto se conoce como SINERGIA: unos se potencian a otros, y el resultado final es mayor que la suma de las partes. Suena como una propiedad matemática, pero es simplemente una propiedad de la naturaleza.

Muy bien, entonces natural y preferiblemente dentro de un alimento. Pero ya vimos que los alimentos ya no tienen lo que solían tener, y están, muchos de ellos, muy contaminados. Puedes decir, “no entiendo” o “es contradictorio”. Y ciertamente no te falta razón.

Por lo que agrego: deben ser ORGÁNICOS. No tiene sentido que sean NATURALES, que vayan en CONJUNTO con otros nutrientes dentro de un alimento, pero estén llenos de pesticidas o contaminantes químicos.

¿Qué quiere decir, exactamente, ORGÁNICOS?
Una cosecha orgánica debe provenir de suelos SIN pesticidas y fertilizantes sintéticos ni semillas genéticamente modificadas.
El ganado “orgánico” debe tener acceso regular a pastos, no ser alimentados con productos genéticamente modificados, ni haber recibido hormonas o antibióticos.
Los alimentos no deben ser procesados usando irradiación, aditivos químicos o solventes orgánicos.

Plowing Farmer, Wikimedia Commons

Aunque suena a término moderno, ORGÁNICO, en cuanto a su significado, es una palabra tan antigua como la agricultura: tiene, al menos 10.000 años. No es de sorprender, entonces, que a nuestro cuerpo le sea extraño lo que no es orgánico.

The Organic Center publicó recientemente (2008) una revisión de 97 estudios científicos que comparaban la superioridad nutricional (61% mayor) de los alimentos orgánicos con sus pares de suelos no orgánicos y la mayor presencia de antioxidantes (75% más).
En otro estudio publicado en el 2008, al comparar cierto tipo de mandarinas cultivadas dentro de una misma granja pero en dos suelos diferentes, uno convencional y el otro orgánico, se encontró que había poca diferencia en cuanto a vitamina C o el tamaño de la fruta (la orgánica era algo más pequeña), pero al comparar el jugo producido por los dos tipos de mandarinas, la orgánica daba un jugo con color intenso, contenían 8 minerales en mayor cantidad (3 de ellos en más del 50%), y tenían 40% más beta caroteno (de ahí la intensidad del color).

A pesar de la gran cantidad de estudios publicados, lamentablemente muchos científicos, médicos incluidos, sólo le reconocen el mérito a los productos orgánicos en cuanto a estar libres de tóxicos, y son escépticos en cuanto a su superioridad nutricional.

¿Mi recomendación? Suplementos naturales, que provengan de alimentos orgánicos deshidratados y concentrados, de manera tal  que mantengan todos sus nutrientes y antioxidantes para aprovechar la sinergia entre ellos y hacerlos más biodisponibles y efectivos.
Más la próxima semana.



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