En el artículo de
la semana pasada se me olvidó incluir dentro de los micronutrientes a los
ácidos grasos esenciales y los micronutrientes accesorios, como la coenzima Q10
y los fitonutrientes o antioxidantes presentes en las plantas (de “phitos”,
plantas en griego). ¡Menudo olvido!
Así que hoy
pretendo ampliar un poco ese artículo.
Recordemos
entonces que los macronutrientes se caracterizan por estar presentes en
grandes cantidades dentro de los alimentos (son las proteínas, grasas y
carbohidratos). Los micronutrientes, en cambio, están en pequeñas cantidades, y por eso se les califica de “micro”. Algunos, como el calcio, el magnesio, el cloro, también pueden ser llamados "macrominerales", porque los requerimientos diarios se miden en cientos o miles de miligramos diarios, mientras que los minerales "traza" u "oligoelementos" se requieren en cantidades muy pequeñas, usualmente medidas en microgramos (a excepción, quizás, del zinc -15mg diarios- y el cobre -2mg-).
Los
micronutrientes pueden ser clasificados en esenciales y no esenciales. Los
esenciales sólo pueden ser obtenidos de la alimentación y los no esenciales son los
que producimos, o debiéramos producir, en condiciones ideales. Esenciales o no,
son ABSOLUTAMENTE NECESARIOS PARA EL
BUEN FUNCIONAMIENTO DEL ORGANISMO, por lo que si no podemos producirlos, por la razón que fuere, tenemos que tomarlos de los alimentos.
Los
micronutrientes intervienen en la producción y trabajo adecuado de hormonas,
enzimas y otras sustancias vitales para el crecimiento y desarrollo de nuestro
cuerpo. Algunos, como la vitamina K, la coenzima Q10, la vitamina A, pueden ser
producidos dentro de nuestros órganos; otros, como los ácidos grasos omega 3 y 6, los minerales y los
fitonutrientes, sólo se encuentran en lo que comemos.
Los Calton usan
una estupenda analogía en su libro NAKED CALORIES, para explicar que hace cada
tipo de micronutrientes: las vitaminas son como los “toderos” (“utilities” en
inglés, aquellas personas que pueden hacer un poco de todo); los ácidos grasos
son contratistas altamente especializados; los micronutrientes accesorios son
asistentes de construcción; los antioxidantes, son los que reparan; los
minerales, son los arquitectos y capataces a cargo de la obra (nuestro cuerpo);
y finalmente, los bloques usados en la construcción no son otros que las
proteínas, grasas y carbohidratos. Aquí los Calton adjudican a los minerales un
rol protagónico, y no les falta razón pues los minerales son indispensables
para que cada uno de los otros micronutrientes puedan cumplir su misión.
1992 Earth Summit, Rio de Janeiro |
Los minerales,
lamentablemente, han ido declinando progresivamente en los suelos. Para 1992 se
presentó un reporte estadístico en el Earth Summit de las Naciones Unidas que
se llevó a cabo en Río de Janeiro, y las cifras de pérdida de minerales en los
suelos fueron brutales.
La región con menos depleción de los suelos fue
Australia y la de mayor, América del Norte, principalmente Estados Unidos. ¿Causas?
Uso masivo de fertilizantes químicos, erosión de los suelos porque no se rotan
los cultivos, producción basada en cantidad y tamaño de la cosecha en vez de
calidad nutricional.
Parte de la
confusión que se ha generado durante decenas de años acerca de si necesitamos o
no suplementarnos, proviene de información contradictoria generada por
nutricionistas y agencias gubernamentales. Se utilizan tablas con
requerimientos mínimos de micronutrientes que están desactualizadas, a pesar de
las observaciones de científicos de la talla del Dr. Walter Willet, decano de
nutrición en Harvard, y el Dr. Linus Pauling, doblemente premio nóbel, que defienden que nuestros
alimentos no son suficientes.
La prestigiosa
publicación Scientific American, en el segmento dedicado a Earth Talk, sostiene
que la solución para una cosecha saludable (y, subsecuentemente, alimentos más nutritivos)
yace en cambiar las condiciones actuales
de los suelos (Scientific American, April 27, 2011).
Mientras eso
ocurre, además de alimentarnos de la manera más “natural y balanceada” posible,
yo sugiero incluir suplementos de vitaminas y minerales a diario. Las políticas
agrarias bien pueden cambiar para las generaciones futuras, pero si las
generaciones presentes se siguen enfermando al ritmo actual, puede ser que no
haya muchas “generaciones futuras”.
Como siempre,
te invito a dejar tus comentarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario