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sábado, 1 de octubre de 2011

Una historia mal contada

Lo prometido es deuda.
En la primera parte hablamos de la historia y características de la mantequilla, y me toca dar mi versión (apoyada en la revisión de muchos trabajos científicos) acerca de su injustificada fama.

Regresemos a Ancel Keys, el investigador médico de mediados del siglo XX. Después de fracasar en demostrar que el colesterol de los huevos era el responsable de subir el colesterol en la sangre, Ancel Keys se unió a otros investigadores e hizo el valioso Estudio de Los 7 Países del cual se derivó la Dieta Mediterránea.

Déjenme recordarles, queridos lectores, las conclusiones de ese estudio que ya compartí con ustedes antes:
1) los niveles de colesterol predecían el riesgo de enfermedad coronaria
2) la cantidad de grasa saturada presente en la dieta predecía los niveles de colesterol en la sangre y la enfermedad coronaria del corazón
3) y  además proponía una nueva idea: que las grasas monoinsaturadas protegían contra la enfermedad coronaria.

Y dentro de las grasas diabólicas indudablemente estaba la mantequilla.

Los médicos Ayurveda, su historia milenaria, su uso sin complicaciones en sitios remotos del planeta, fueron desestimados, y la industria de los alimentos respondió con la invención de la margarina, una grasa que aunque proviene del aceite vegetal, es bombardeada dentro de su manufacturación y transformada en sólida a temperatura ambiente. ¡Todo un éxito de la ingeniería de los alimentos!
Detengámonos un poquito, sin embargo, en la composición de la mantequilla:
  • Es un producto natural (al menos, la clásica)
  • Cada 100g contienen: 81g de grasa, 1g de proteínas, 16g de agua y 2g de cenizas; tiene 2500UI de vitamina A (claro, no nos comemos los 100g, por lo cual esto probablemente no es tan importante, pero en una cucharada de todas maneras hay 350UI de la vitamina)
  • 51% de la grasa es SATURADA, por eso Ancel Keys la demonizó.
  • De esos 81g, 20g son de ácido palmítico (sube el LDL o colesterol “malo”), y 10g son ácido esteárico (que se convierte en ácido oleico (el mismo que tiene el aceite de oliva), proporciones basadas en los 100g
  • 21g de los 81g, son grasa monoinsaturada, siendo casi en su totalidad (20g) ácido oleico
  • Si sacas las cuentas, resulta que por cada 20g de ácido palmítico (malo) tiene 30g de ácido oleico (bueno) directos o por transformación dentro de nuestro cuerpo.
  • ¿El resultado? Aunque sube el colesterol “malo”, sube… ¡DOBLEMENTE EL BUENO!
  • ¿Y colesterol? ¡Tiene sólo 215mg en los 100g totales, menos de 30mg por cucharada!


 ¿Sorprendidos? Bueno, aquí tienes bastante para reflexionar. Cada vez que tu médico (o nutricionista) te saque que la mantequilla es mala, que te va a producir un ataque cardíaco, etc., podrás pasarle los numeritos y pedirle que saque sus conclusiones.

Ciertamente ya un buen grupo de médicos y especialistas en nutrición han hecho cambios en sus conclusiones.

La mantequilla no es un enemigo.
Claro, no te comas en cada sentada una barra de 100g, pero úsala con sentido común (¿una cucharada al día?) y enriquece el sabor de tus alimentos al prepararlos (¡y déjala fuera del pan!).


martes, 27 de septiembre de 2011

La mantequilla: sabrosa y ...sana!

Quizás debería empezar por pedir disculpas por el largo silencio en este blog, pero llevaría muchas páginas explicar el torbellino de trabajo en el que me he visto envuelta, y la nueva misión conque mi corazón quedó atrapado y que pronto compartiré contigo.
No quiero hacer promesas sino trabajar de frente contigo y verter de lo que he ido aprendiendo en las entradas.


Searobin, Wikipedia Commons
Hoy quiero compartir contigo sobre la mantequilla.
En esta primera parte hablaremos de algo de su historia y sus características, y en el próximo artículo acerca de su injustificada fama de contribuir a las enfermedades cardiovasculares.

Se cree que la palabra mantequilla se origina de un latinismo del griego “bou tyron” que quiere decir “queso de vaca”, aunque no es claro si simplemente era una forma que tenían de denominarla los cuidadores de rebaños de las regiones orientales de Europa y Asia.

Históricamente se piensa que al principio la mantequilla se hacía de la leche de la cabra o de la oveja, pues el ganado vacuno todavía no se había domesticado.
Se la menciona en la Biblia tanto en el libro de los Jueces en la época del Faraón Tutankamon (1300 años antes de Cristo), como en los Proverbios.
La referencia más antigua sobre la mantequilla se encuentra en una tabla que data unos 4500 años, en la cual se ilustra cómo hacerla.
En la India se usaba no sólo como alimento sino como combustible para las lámparas y para proteger la piel, y Galeno la consideraba un agente medicinal, al igual que Hipócrates, y es muy posible que los romanos usaran la mantequilla para hacer brillar su cabello.
Ya sea por razones religiosas, medicinales o simplemente como alimento, la mantequilla ha sido muy apreciada durante más de dos mil años.

Técnicamente la mantequilla es un lácteo. Se produce al batir leche o crema,  frescas o fermentadas. Los detalles más antiguos que se conocen acerca del proceso de manufactura de la mantequilla provienen de los árabes y los sirios, que todavía usan el mismo proceso arcaico de sus ancestros de batir la crema de leche en un recipiente hecho de piel de cabra.

La mantequilla regular contiene grasa, agua y algo de proteína láctea.   Además de ser hecha de leche de vaca, oveja y cabra, también se hace de leche de búfala y de yak, los bovinos himalayos.

Su color puede ser amarillo muy claro o tener un tono más intenso, pero este color puede modificarse a través de la alimentación de las vacas o bien agregando colorantes naturales durante su producción (como el onoto y los carotenos).

La mantequilla puede ser clarificada para extraer el agua y dejar prácticamente solo grasa láctea. Según la medicina Ayurveda, la mantequilla clarificada o Ghee, ampliamente usada en la India, Nepal, Bangladesh y Pakistán, es rica en vitaminas A y D, y tiene usos religiosos y en la cocina. Se dice que es excelente para la salud de piel, músculos, ojos y huesos.

Reiner Senz, Wikipedia Commons

Al menos hasta mediados del siglo XX, era impensable que la mantequilla fuera dañina para la salud dada su antigüedad dentro de la comida, ya fuera usada en caliente para  cocinar algún alimento, o bien en frío esparcida sobre otros alimentos.

De hecho, la mantequilla clarificada es un 99% grasa y la medicina Ayurvédica la considera óptima para el consumo humano. ¿Por qué, entonces, la mala fama?
Te invito a leer mi próxima entrada
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