lunes, 4 de abril de 2011

¿Cómo se conoce lo que uno come? Parte II

Hola!
¡Tuvimos este fin de semana un Taller de Alimentación estupendo!
¡Felicitaciones a todos los asistentes! ¡Estuvieron magníficos en la sesión de preguntas y respuestas, y eso incluye a una valiente jovencita!
Por otra parte, quiero felicitar a nuestra Chef Cristina Gomes (www.lasopadetomate.com), quien hizo una presentación extraordinaria y entretenida, llena de tips de cocina, y sal pimentada (no es de extrañar, siendo la cocina su profesión) de anécdotas sobre sus errores en la cocina y como sacarles punta para aprender y mejorar las recetas e incluso reinventarlas. ¡Sigue adelante preciosa, tu público mandó muchos mensajes de felicitación!

Bien, y ahora que ya hicimos la reseña de nuestro Taller, volvamos a las etiquetas. Empecemos con las que tienen la lista de los componentes


Podemos ver que el primer ingrediente es “Harina de Maíz”, lo que quiere decir que es el ingrediente presente en mayor cantidad. Siguen “Avena en Hojuelas”, “Arroz inflado”, y así sucesivamente todos los demás. Los ingredientes presentes en menor cantidad son las vitaminas, lo cual no es de extrañar pues no se necesitan cantidades grandes de las mismas. Están presentes porque al refinar los cereales se les quitan las vitaminas y se hace necesario “enriquecerlos”.


De ahí proviene la primera observación: siendo un “cereal sano” (un Müsli de una conocida marca), no debería haber necesidad de “enriquecerlo”, a menos, claro está, que primero se le “empobrezca”.

Dentro de la lista de ingredientes es importante empezar a conocer el léxico propio de las etiquetas (léase “palabrería”, “glosario”, o “terminología"). Las diferentes formas de azúcares pueden venir identificadas como “glucosa”, “maltosa” o “malta en polvo”, “melaza”, “miel de abejas”, “jugo de caña evaporada”, “jarabe de caña”, “maltodextrina”,  y otros.

En esta lista resalto en rojo la presencia de 5 fuentes de azúcar que hábilmente vienen disfrazadas con 5 nombres distintos. De esta manera, en una porción de 1/3 de taza del Müsli, ya hay presente un poco más de ½ cucharada de “azúcar”, sin contar lo que podemos agregar a la hora de prepararlo. Imagínate cuanto azúcar puede llegar a haber si te sirves una porción de tamaño más real, porque 1/3 de taza son apenas 30 gramos, y déjame decirte que esa porción es realmente minúscula para cualquier adulto (¡¡¡algo así como un poco más de 3 cucharadas del Müsli!!!).

Esta práctica es muy común y hablaremos un poco más de ella en nuestras próximas entradas.

1 comentario:

  1. Muchas gracias, mami. Sin tí no me hubiese atrevido a ser atrevida, jeje. Ese taller fué impresionante, gracias a todos por recibirnos tan calurosamente.

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