Prometí no tardar mil años en escribir la próxima entrada y hoy lo logré. No te creas, a veces no es fácil escribir el blog a diario porque va más allá de la inspiración. Tienes que buscar imágenes, garantizar que no estás infringiendo el derecho de autor de algunas de ellas si las tomas de internet, o salir a tomar fotos si son propias; armar los textos, y... bueno, esto no es una clase de cómo hacer un blog, este es un blog y punto.
Ayer compartí lo de la Fibra. Hoy quiero hablar sobre las porciones.
Cuando vas a la parte posterior de los productos procesados, dentro de la información nutricional aparece siempre el tamaño de la porción, cuántas calorías tiene, y después la cantidad en gramos de los nutrientes principales que contiene ese producto. A veces, el tamaño de las porciones es ridículamente pequeño: una porción de papitas chips puede ser apenas 11 hojuelas o chips (28g), pero todavía tengo que encontrar a alguien que se coma sólo esa cantidad. Aunque hay pequeñas bolsas de sólo 40g, el tamaño “snack” más frecuente trae 140g, es decir estas bolsas contienen 3,5 porciones cada una, y cuando las comienzas a comer, siempre es difícil detenerte.
Las papitas chips tienen una historia interesante. Según www.fooducate.com, un tremendo blog de información sobre alimentos hecho para educar a sus seguidores, nacieron en 1853 cuando un cliente insatisfecho devolvió varias veces sus papas fritas a la cocina en un restaurant en Saratoga Springs, New York, porque no eran suficientemente “delgadas”. Finalmente se las trajeron tan delgadas (y crujientes) que las tuvo que comer a mano ya que era imposible tomarlas con el tenedor.
Para principios del siglo XX comenzaron a venderse en bolsas, y recientemente ya no son papas solamente, como puedes ver en la lista de ingredientes de las papitas chips de una famosa marca transnacional
¿Sabores y colores artificiales? ¿Qué pasó con el sabor original de las papas? y además, ¡¡¡amarillo N° 5!!!
Cuando la producción es masiva, como en este caso, una forma de abaratar costos es poner algo de papa y luego ingredientes de relleno (a veces 20 o más) que tienen que ser disfrazados por los “doctores del sabor”, científicos de la industria de alimentos que se encargan de mezclar ingredientes y agregar sabores y colores artificiales que vuelven “irresistibles” sus productos.
¿Mi sugerencia? Si no puedes evitarlas (y a veces no podemos o no queremos), encuentra con quien compartirlas, y si puedes elegir, busca las que sólo contienen los ingredientes originales: papas, aceite y sal.
Todavía existen.
Es verdad, son irresistibles, pero lo más alejado de una papa real por lo que se ve en su etiqueta. Que buen artículo, me encanta saber la historia de algunos alimentos, aunque no debamos comerlos.
ResponderEliminarSigue adelante, vas por el mejor camino.