Hemos sido condicionados a pensar que todo lo
que comemos, de alguna forma u otra, son alimentos, y no es verdad.
Michael Pollan, en su libro In Defense of Food,
nos comenta que tuvo el mismo asombro que tuve yo, y que seguramente tú tienes
en este momento, al encontrar la redefinición de lo que es comida en una
conferencia de la distinguida profesora Joan Dye Gussow, de la Universidad de
Columbia. Cito, luego de traducir, estos comentarios de la Prof. Gussow: “En
los treinta y cuatro años que tengo en el campo de la nutrición he visto como la
comida real ha desaparecido de grandes áreas de los supermercados así como del
resto del mundo que come...” Los comentarios vienen a propósito del sinfín de
nuevos productos “comestibles” que cada año inundan los mercados, y cuyo objetivo
gira alrededor del comercio o de promesas sustentadas en una aterradora escasez de conocimientos.
Nuestra vida corre tan loca y tan rápido que
saciamos nuestra hambre mayormente con productos de bajo costo y fácil o
ninguna preparación. No nos detenemos a “entender” las etiquetas, de manera tal
que los ingredientes reales quedan sepultados, aún para los “expertos”, en la “información nutricional”, sin importar
el grado de procesamiento de su contenido o la falsedad de la afirmación que viene impresa en
la parte frontal de los empaques.
Y digo los “expertos” porque nosotros, los
médicos y los nutricionistas, salvo contadas excepciones, nos vanagloriamos de
tener “conocimiento” de los principios dietarios fundamentales, y sin embargo
somos profundamente ignorantes de lo que realmente hay dentro de un alimento
que compramos en el mercado. Claro está, no me refiero a un producto en su
estado virgen, como una fruta, o un pescado, o las hortalizas (aunque también puede ser motivo de argumentar).
Sin más, tomemos como ejemplo esta imagen del
contenido de un cereal “sano” tipo muesli, con sabor a chocolate, ampliamente
recomendado por médicos y nutricionistas como fuente de “cereales integrales”.
A la izquierda está la lista de ingredientes, y a la derecha la tabla
nutricional.
La tabla de Información Nutricional nos da la
información de cuantas proteínas, carbohidratos, grasas, fibra y otros
“nutrientes” tiene (recorté la tabla por hacerla más legible).
En la lista de
ingredientes podemos notar que hay 5 fuentes de azúcar, el maíz y el arroz
están altamente procesados, y tiene 1 sola fruta, las pasas.
Si nosotros mezcláramos los ingredientes como
una granola hecha en casa, elegiríamos unas semillas naturales como almendras y
nueces troceadas, o avena integral o en hojuelas, y además de las pasas,
podríamos agregar algunos orejones de manzana en trocitos o frutas frescas en
vez de los orejones, y nadie en su sano juicio añadiría 5 clases diferentes de
azúcar; tal vez usaríamos algo de miel o papelón, si la fruta no endulza lo
suficiente para nuestro gusto particular.
Lo cierto es que cuando tienes que enriquecer
los cereales y usar varias fuentes de azúcar, como vez en este cereal
comercial, significa que su parecido con la comida real termina en la etiqueta.
Queridos lectores: de nuevo los
invito a que hagan comentarios, ya sea en el espacio que este
blog tiene al final de cada entrada, o a través de mi correo electrónico dramarumaxvitae@gmail.com
Los comentarios son vitales para compartir inquietudes y mejorar mi
comunicación con ustedes, y de alguna manera le dan un “toque humano”
a este contacto del mundo electrónico.
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